19.2.13

El día de mañana, el post de antes de los resultados / +363


Siempre pasa, el día antes de recibir resultados, siempre es la misma sensación, final, principio, aire y ahogo, todo a la vez.
El día antes me meto en una piscina de agua densa como la miel, y aguanto la respiración. Veo la gente pasar por encima andando y mirando al colgado que está aguantando en el fondo de la piscina, soltando pequeñas burbujas, poco a poco, para poder estar mas tiempo dentro. 
Veo cómo se filtran los rayos de sol a través del agua y se mueven y bailan delante de mi. Y noto como mis pulmones empiezan a vaciarse.
En este momento pienso en todo lo que tengo alrededor, todas las cosas que no quiero perder otra vez.
Pienso en mis sobrinos, los hijos de Isabel, son casi siempre lo primero en lo que pienso. En lo pequeños que son, en todas las cosas que quiero hacer con ellos. 
No quiero ser padre, no creo que fuese un buen padre, pero si voy a ser un buen tío, seguro. 
Ahora pienso en el sobrino por venir también, al que quiero conocer cueste lo que cueste.
Pienso en el resto de mi familia, en lo que son para mi, en que no quiero faltarles, en que ya han pasado suficiente, que ya está bien, en todo lo que no he demostrado o dicho y lo que quiero seguir disfrutando y discutiendo con ellos.
Pienso en mis hermanos y mis padres, en lo que han sido y son para mi. Pienso mucho en mis padres.
Mis amigos, mil cosas por hacer con ellos, por ver, por currar. 
Quiero conocer al hijo de Manu, asilvestrarlo.
Barcelona otra vez, Amsterdam, Helsinki, Canadá… quiero viajar, mucho más.
Siento como el agua sobre mi cabeza pesa aún más y la miel se convierte en cemento fresco y empiezo a no poder moverme y me falta el aire y todo se vuelve negro.
Pienso en todos los sitios donde he estado y en la gente a la que he visto y las luces y las sombras de todo. Y qué hago si vuelvo a estar mal, sé que tengo fuerzas, que tiramos y no pasa nada, pero da miedo y el miedo no es malo y se vive con él, pero a veces es un compañero de coche muy muy cabrón.
"Y ni siquiera el cielo sabe que hora es", dice Artur, y ni siquiera lo se yo ahora mismo, las 12.30 pone en mi escayola, pero el día antes de los resultados no hay horas, sólo espacios temporales raros que llenar, con distracciones, con buenos amigos, con películas, paseos, música, libros, tetas, calcetines modernos, bicis, esposas, cafés, hermanas, más películas, más música, más de todo.
En el fondo de la piscina en la que me encuentro sentado con un speedo marcapaquetes azúl celeste, y todo el paquete piscinero gorro-gafas, todo está petrificándose ya y yo intento nadar hacia la superficie.
Me doy un fuerte impulso con las piernas, en mis pulmones no queda aire y mi traquea intenta sacar algo de dónde no lo hay.
Mientras subo pienso en navidades en Francia, paseos con mi perro, comidas familiares, terminar la puta carrera, bailar en un garito, emborracharme, follar, reirme a pleno pulmón, correr, viajar en bici, en coche, andando, arboles, nieve, sol, lluvia, piernas, comida, conciertos, notas, noches, días, tardes, mañanas, amaneceres, carretera, atardecer, playa, montaña, volar, festivales, partidos, más sexo, más risas, más bici, más viajes, MÁS.

Lo quiero todo, lo tendré todo, lo tendremos todo juntos, lo tenemos todo.

Y saco la cabeza, y miro a los ojos de mi médico, y en este punto pueden pasar dos cosas. 


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