30.6.13

Respeto.

Se puede respetar a alguien que no se conoce, alguien a quien quizá se debería tener tirria, a quien lo mas fácil seria despreciar.
Puedes sentir curiosidad o celos, siempre desde un punto de vista sano, no destructivo, queriendo saber cosas de esa persona, conocer mejor qué ha hecho, qué hace, por qué lo hace. Puedes tener celos de lo que él es capaz y tú no o celos de su pasado, de lo que tuvo, de como mantiene la emoción. 
Por ejemplo, respeto profundamente a cualquiera capaz de terminar una novela, de escribir algo de gran formato, crear un mundo con personajes y un desarrollo coherente, sea mas o menos interesante o esté mejor o peor escrito, la fuerza de voluntad y la perseverancia para terminar algo así, creo que merece cierta admiración. 
Tengo curiosidad por saber qué hace que sea capaz de mantener esa pasión, esa dedicación hacia algo que nunca sabes si va a terminar funcionando, en el caso de la novela, tener confianza en que tu trabajo es suficientemente bueno y que conseguirás publicar.
Tengo celos por su capacidad para escribir, para mantener ese amor por su trabajo tanto tiempo, quiero saber cómo lo ha hecho, cómo es capaz, qué le motiva.
Yo no escribo bien, se me dan mejor otras cosas, pero me gustaría ser capaz de construir un relato donde contar todo lo que me ha pasado y me pasa a través de las vidas de unos personajes creados para ello, algo interesante y bien estructurado, algo que mantenga al lector enganchado.

Escribir no es lo mío, yo aun no se cual es mi especialidad ni cual será  mi "legado" o lo que mantendrá a mi "lector" pegado a mi, interesado en mi historia, pero sigo buscando poco a poco a ver si consigo hacer de ella algo memorable. 

27.6.13

En la calle.

Esta es la primera vez que posteo algo desde el teléfono, en plena calle y fuera de mi escritorio. Tengo que hacer algo de tiempo mientras espero.
He vuelto después de tres semanas fuera de casa, tres semanas de rodaje, entregas y mucho estrés y echar de menos, y afortunadamente parece que todo cae en su sitio nada más llegar.
Madrid me recibe con los brazos y las piernas abiertas, con regalos, promesas de curro y casas nuevas. Ella me mira como si hubiera estado fuera años, que es lo que ha parecido a veces, y entonces me siento más en casa que nunca, tocándola y oyendo como me dice en persona lo que llevo semanas escuchando a través del teléfono.
Pero ojo, la ciudad también me recibe con mierda y mierdas a los que esquivar para intentar que no se conviertan en fantasmas, enemigos, obstáculos o molestias aún más grandes. Personas y situaciones que se presentan de golpe intentando, activa o pasivamente, que pierda la calma y la tranquilidad que he conseguido (en gran parte al volver a ver a Pau, que es lo que más necesitaba, pero también gracias a Olga, Paloma, Denis, Anna, Manu, Carla, Nerea, May y Bernat, que en este orden de interacción me dieron muy buenos consejos para lidiar con una serie de situaciones, si no complicadas, al menos muy molestas).
No sería nadie sin mis amigos. Esto es así.
Suena a auto ayuda, a promesa vacía o a chorrada espiritual pero recordar todos los días poniendo énfasis en lo bueno que pasa, librarse del cinismo un poco (aunque sigo queriendo partir unas cuantas caras y mucha gente sigue mereciendo una buena patada en la boca) y disfrutar, ayuda mucho a seguir adelante tranquilo.
Tengo leucemia, tomo 14 pastillas diarias, llevo un catéter colgando, tengo mil limitaciones, pero, siempre hay un pero, estoy en la calle, hago vida casi normal, tengo una carrera a punto de acabar, proyectos de futuro y comparto mi tiempo con gente de puta madre.
Todos los demás, todos los que intentais que esto sea peor, sólo sois fantasmas, un enemigo que no da la talla y no llega al nivel.
Todo lo demás, todo lo que pasa que parece frenarme, es sólo una ilusión que debe tener la importancia que yo le quiera dar.
Eso es todo.
Y ahora que veo a una pelirroja espectacular acercarse con una sonrisa y un vestido increíblemente corto, mi vida es muchísimo mejor y puedo dejar de escribir chorradas.

Voy a tocar un culo, vosotros haced lo que podáis.

16.6.13

Mañana

Mañana me voy a rodar lo que será uno de los proyectos más importantes de mi vida hasta el momento, sino el MÁS importante. Un documental sobre un hombre único, Manolo, que vive en Gran Alacant, padre de una buena amiga.
Nos vamos una semana, terminaremos jugándonos la vida, poniéndonos en manos de Ernesto Adán, su hijo, saltando por los aires, literalmente.
En mis manos está que todo funcione, en los ojos de Denis, Anna y Sara que todo vaya lo mejor que puede ir y en Manolo, la planificación y la suerte (de la que siempre me ando jactando) que todo sea mucho más que suficiente para que el proyecto despunte y sea un éxito.
Llevo ya dos semanas fuera de casa, planificando, recopilando material, yendo de una casa a otra, andando de arriba abajo sin saber bien qué coño pasaba en Madrid, echando de menos, sintiendo algunas cosas que no recuerdo haber sentido antes, para bien o para mal.
Llevo dos semanas poniendome a prueba física y mentalmente, dándole una caña a mi cuerpo que no sabía si iba a poder aguantar, sometido a una ansiedad y una inseguridad que no tenía claro si iba a poder gestionar. Y parece que si.
Es curioso que las catorce pastillas diarias, el calor sofocante, las caminatas bajo el sol, dormir en una casa diferente cada dos días, cargar con la mochila, leer, trabajar, escribir, echar de menos de la manera salvaje que lo estoy haciendo y los nervios todavía no me hayan tumbado. Supongo que lo que me sostiene y los que me sostienen deben estar haciendo bien su trabajo. 
No me enrollo más.
Mañana nos vamos, a rodar, a pasar unos días currando y a petardo. 
Seguro.

(Voy a intentar llevar un diario de cómo va todo pero no prometo nada)



6.6.13

Mejor todo.

Hace casi cuatro meses que empecé a ser mejor. Mejor en muchos sentidos. 
Me convertí en una versión mejor de mi mismo, esta claro que ocurrió por asociación, porque todo se pega y los acontecimientos me empujaron a tener que serlo.
Desde hace un tiempo me siento mejor en general.
Pienso menos en lo malo, dejo un poco de lado las preocupaciones inherentes a la mierda que arrastro y me preocupo más por los problemas reales que se presentan, supongo que de algún modo jerarquizo.
Si bien las limitaciones de mi enfermedad me siguen jodiendo la puta vida, es la mejor manera de decirlo, me han jodido conciertos, trabajos, proyectos, me limitan de algún modo las relaciones con los demás (ahora mismo podría estar en un festival de cultura digital al que me muero por ir y aquí me tenéis, en una biblioteca no haciendo lo que tengo que hacer y pensando en que quiero estar, o durmiendo la siesta con una mujer en bragas o viendo hablar a gurús con algunos de mis mejores amigos) estas limitaciones me están haciendo planteármelo todo de otra manera.
Desde hace casi cuatro meses leo mejores libros, escucho mejor música, paso mejores días, veo mejores películas, supongo que en parte por como se ha ido despertando mi cerebro poco a poco después de la quimio y por la “necesidad“ que siento de ser mejor de estar a la altura.
Como mejor, follo mejor, vivo mejor. Esto además es algo básico, sin estas tres cosas, sin mejorar en estas tres cosas, entonces estaría todo mal.
Mi cuerpo responde al esfuerzo con mucha más facilidad, me canso menos, estoy más fuerte, he dejado de sentirme débil.

Es cierto que sigo teniendo ataques de odio extremo, de mezquindad, de ganas de matar, de celos o inseguridad. Eso es normal, supongo que algunos se vuelven mejores personas de una manera más radical y se convierten en santos y otros nos volvemos mejores de otra, odiando un poco menos y tratando de ignorar lo que debemos ignorar.

Esta claro que mis amigos me hacen mejor, mi familia me hace mejor, y que tú me haces mejor. 

Me sigue dando todo un poco de miedo, sigo con esa sensación de no merecer lo que me pasa, lo bueno que me pasa, es una sensación que muchos compartimos y que no es justa, pero es un sentimiento pegajoso que se te agarra y que es muy difícil quitarse de encima. Sentirse mal por tener algo bueno. 
Esto es una puta mierda.

Hay cosas y personas que lo mejoran todo. Yo llevo cuatro meses casi cantando bingo, mejorando poco a poco en todos los aspectos, haciendo las cosas un poco mejor, de una manera más correcta.

Me hacéis mejor. Me haces mejor. Me hago mejor.

5.6.13

Aspersores de mierda.

Me he puesto algo de música, calmada, un vano intento de controlar la ira que me sube por las piernas hasta la cabeza, que quema las yemas de mis dedos, que me hace querer vomitar toda la mierda que llevo dentro.
Soy un tipo algo violento de palabra, un poco menos cuando se trata de pasar a la acción, supongo que el “pacto” aún pesa y el tema de ir partiendo caras a diestro y siniestro es algo que todavía no me sale de dentro, aunque alguno lo este pidiendo a gritos.
Me jode mucho la gente, normalmente la gente en general, pero estos días me está tocando mucho la polla (ser explicito es siempre la mejor terapia) la gente que vuelca su mierda privada, sus miserias personales, en los demás. ¿Por qué cojones tengo que comerme yo tu mierda si me importas un carajo?. Es una pregunta que me hago muy a menudo. Así como me descubro pensando para mi, y sorprendiéndome de no decirlo en voz alta, “cómete tu mierda como hacemos todos y no me andes jodiendo a mi la vida”. Esto sobre todo se lo dedico a toda esa gente en hospitales que te cuenta su miseria cuando vas a revisar tu cáncer. Gracias por contarme como has recaído después de 5 años, me viene FENOMENAL ahora mismo.
Me permito el lujo de escribir todo esto aquí porque al fin y al cabo es mi espacio, los que leéis esto es porque queréis, no obligo a nadie a entrar aquí a punta de pistola, por eso me tomo ciertas libertades.
Todos tenemos miserias, todos sufrimos, todos lo pasamos mal. Unos mas que otros, otros se quejan más de lo que deberían, algunos nos quejamos lo justo y otros, fuertes como rocas, no se quejan nunca aunque estén pasando el peor momento de su vida.
En general creo que todos nos quejamos demasiado. Yo el primero.
No puedes ir, como un aspersor, echando la mierda que escupes indiscriminadamente encima de todo el mundo, no es justo que andes jodiendo la vida a los demás porque a ti te haya pasado algo que no esperabas que ha sido jodido y que te ha tumbado. 
Estas mal, lo pillo, quieres matar a alguien, lo pillo también, abusar de la gente que tienes alrededor, eso ya no, yo por ahí ya no paso. 
Tu mierda, es TU mierda, te la comes, la procesas, y te callas. Que tenemos los huevos peludos ya y somos mayorcitos.
Pero, ¡hey!, tampoco quiero ser un puto nazi, no me entendáis mal, a veces necesitamos a los demás, necesitamos apoyarnos en alguien, pedir ayuda, eso no está mal, eso es justo, la gente que nos quiere está aquí para eso, para ayudarnos cuando lo necesitamos, pero mucho ojo con abusar de esto, la gente se cansa. Yo por mi parte ya he llegado a mi límite y empiezo a pensar que un día se me va la mano.
Al final hay quién lo fuerza todo tanto que es en ese momento cuando se merecen una patada en la puta boca a ver si espabilan un poco.
Mamones.

Que bien me he quedado joder.