8.1.13

Lo que se va de las manos /+317


Una vez admitida la dura realidad, bajado la cabeza y asumido que es lo que hay, solo me queda pedir perdón por la poca asiduidad con la que actualizo el blog. 
Prometo que en el 2013 lo haré con mas regularidad (propósitos de año nuevo que SÍ) así como voy a hacer más ejercicio, comer mejor, ser mejor persona (propósitos de año nuevo que probablemente NO).
He estado pensando mucho todo este tiempo de "vacaciones" en las cosas que sin remedio se me están yendo de las manos, como arena entre los dedos, se escurren, se convierten en inabarcables, y poco a poco se descontrolan.

Se me va de las manos el tiempo, así como la concentración, en muchos casos hasta la cordura.
Se me escapa entre los dedos (que en este caso viene a ser lo mismo) la motivación. En gran parte porque a su vez se vuelven incontrolables los efectos de tanto cambio de medicación, que en este caso se le ha ido de las manos a mi pobre hígado. Aunque bastante ha aguantado, no se le puede reprochar un poco de bilirrubina de más.
Y es que es así, las navidades me suben la bilirrubina. 
Tengo una familia que es a la vez maravillosa y algo toca pelotas, pero es un estándar de todas, o eso tengo entendido, supongo que en algo tendrá que ver con lo de que la cordura se me vaya a veces.
Se me va de las manos mi vida social, porque en invierno no hay por dónde agarrarla mientras sigo sometido a la maldita mascarilla y no me puedo meter en ningún sitio con gente. 
Se acabaron las terrazas,  y con ellas los refrigerios al sol.

Todo esto no es nuevo de este año, desde hace un tiempo las navidades, año nuevo, y estas cosas, me colapsan, me bloquean raramente y hacen que el ritmo de todo se vuelva raro, y yo vago. Y si ya de normal es fácil que me vuelva vago, con una excusa ya es una locura todo. El Apocalipsis.

En fin, toda esta movida sin sentido para decir que he vuelto, que una vez más prometo ser más regular, y que parece que tengo cosas que contar, así que os voy poniendo al día.








Aquí una foto de la lozanía y la belleza que luzco ahora que por culpa de la maldita ciclosporina el pelo y la barba me salen raros.
En ella podéis ver a la gran Sara Navarro y a mi querido hermano postizo Manu Pequeño, el otro día en el I AM MARKET, que Sara andaba ahí ganandose la vida con sus fotos.

3 comentarios:

  1. Querido Manuel:
    El tiempo se nos escapa a tod@s de las manos,aunque entiendo que después de una grave enfermedad,el proceso de adaptación y los síntomas de los medicamentos te hagan pensar que aún vas más despacio.Pero quizás vas despacio a la hora de relacionarte y salir de casa,pero con este frío y la crisis cualquiera sale,je je.
    De lo que estoy segura es de que tu mente,aunque tenga falta de concentración ,ha ido muy deprisa,lo que has aprendido a cerca de la vida y la muerte está a años luz de la mayoría de los que te rodean, por ello sigue escribiendo de proyectos,del frío de lo que sea,es un placer leerte y si además hablas de sentimientos y de reacciones humanas para mí muy enriquecedor.
    También estoy convencida de que yo formo parte de la familia toca pelotas por muchos motivos...
    Te pido perdón si a veces he sido acaparadora y un pelín plastita je je.
    Te quiero mucho :)
    Tu tía Patricia

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  2. Hola Manuel:

    Aunque no a la "tocapelotas", pertenezco a tu familia de una forma algo lejana, o mejor poco frecuente de trato. Soy de una generación "perdida". Demasiado joven para ser de la mía, y demasiado mayor para ser de la siguiente, aunque me identifico más con ella.
    Te conocí cuando tenías unos pocos años, cinco o seis, creo, y me llamaron la atención, dos cosas de tí. Una, que eras un crío muy majo y bueno (eso no se si es conveniente o no, pues yo también he tenido esa fama y solía acerrear el que las chicas pasaran de mi pues, como es sabido, les suelen atraer más los "chicos malos") y otra es que me impresionó tu tamaño. Eras casi tan alto como yo y se me hacía raro tener en brazos a un niño tan grande.
    La siguiente vez que te vi fue en una cama de hospital cuando tenías 18 años. Eras mucho más grande, claro, y también lo eras por dentro, pues me impresionó tu entereza y forma de contar lo que tenías. "Este año, los reyes me han traído una leucemia...", dijiste. Te dejé un cd de Boston por aquello de que el rock acerca a las generaciones. Luego te pusiste bueno y tuvieron que pasar diez años más para saber que otra vez estabas en dificultades. Pensaba muchas veces en tí. En si tu fortaleza, que el destino ha puesto a prueba con tano empeño, podría con el mal. Estaba seguro de que así sería y así ha sido.
    Te habrán quedado secuelas y experiencias que nunca olvidarás. Todos los guerreros tienen heridas de sus batallas que dejan cicatrices para siempre y que les hacen aún más fuertes y tú, querido Manu, no serás menos, pues tu lucha a sido más dura que la de muchos héroes.
    Te vi un par de veces a través de un cristal. Me sentí mal. Me parecía que invadía tu intimidad y no supe qué decirte a través del teléfono. Creo que sólo un "de nada" a tu agradecimiento por las plaquetas. Nunca nadie me había dado las gracias por algo así. "Gracias por las plaquetas, tío" "Nada, hombre, cuando quieras más, no tienes más que pedirlas, será por plaquetas..." ¿A que es surrealista?
    En fin, Manu. Corto ya, que me enrollo y no sé parar. Además el cuadrito para escribir parece que no se llena nunca (es la primera vez que escribo en un blog de estos). Tengo muchas ganas de verte y darte un abrazo. Mientras, te iré siguiendo en el blog (joé con la palabrita, me suena como un eructo).

    Mientras, un abrazo muy fuerte en la distancia.

    José Miguel

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  3. Hola Manu,

    Soy Alfonso primo de Pilar tu madre y quería aprovechar tu blog para desearte todo lo mejor y enviarte un fuerte abrazo..

    Alfonso Revilla.

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