Últimamente
escribo poco, estoy algo perezoso y además el invierno me vuelve
imbécil. El frío me deja un poco tumbado, me
cuesta salir de la cama, por el peso de los años y sobre todo el
peso de la colcha y el edredón.
Tengo
una cama un poco celosa que no termina de ver bien mi relación con
el sofá y otros muebles de la casa.
Mis
días pasan un poco monótonos últimamente, no tengo demasiada
cabeza para trabajar, estoy volviendo a tener algunos problemas de
concentración, y aunque intento todos los días salir de casa y
estar un poco activo, con la humedad y el frío en ocasiones cuesta
un poco.
Intento
editar un poco, hacer algún tutorial, juego a la consola, leo, veo
alguna serie, salgo a la compra, cocino, veo a Pau, intento quedar
con amigos, pero cuesta todo un poco, es como llevar pesos en las
extremidades, como una cuerda elástica conectada a mi cama que
cuanto más me alejo, más me cuesta estirar.
No
nos engañemos, sigo siendo un dios del sexo, para eso siempre tengo
fuerzas, faltaría más. Y disfruto cada minuto fuera de casa, pero
siempre hay una especia de subgrave, como si la banda sonora de mi
vida fuera la de una película de Lynch, que me recuerda que la cama
me llama, que estoy cansado y que pronto, mientras todos seguís
emborrachándoos, yo me tengo que ir a casa, a descansar un poco,
como un señor mayor.
Se
acercan los dos años del transplante, la ITV, las dos semanas de
visitas al hospital, y de recordarlo todo más intensamente, como si
fuera ayer. Momentos difíciles, que cada vez cuestan un poco menos,
y en cierto modo un poco más.
Pero
no todo en Febrero pesa, cosas buenas pasaron hace un año, cosas que
no esperaba que pasaran y que me han dado la vida este año, algo con
lo que no hubiera aguantado todo lo que he aguantado. No entro en
detalles, ella sabe lo que es, y si habéis seguido el blog, vosotros
también.
De
todos modos llega la primavera pronto, y con lo optimistas que somos
en Madrid, las terrazas y el salir sin llevar doscientas capas de
ropa. Camisa, chupa de cuero y a tomar algo con los amigos al aire
libre, montar en bici, salir a correr, estar más activo, un poquito
más vivo.
Va
todo bien, como no podía ser de otra manera, pero las cosas, todas,
cuestan un poquito más.
No se como decir todas las sensaciones que he tenido al leer tu blog. Solo puedo darte las gracias!! por todo lo que me has hecho sentir...no sabes lo GRANDE que eres, escribiendo tan sinceramente. No sé si eres consciente del bien que haces, a personas, que como yo, no están pasando uno de sus mejores momentos, y que por desgracia no tienen tu fuerza, para levantarse, y plantar cara. Enhorabuena, sr GRANDE.
ResponderEliminarBueno, la verdad es que el blog está un poco para eso, para soltar las cosas que tengo que soltar, liberar un poco la mierda y a la vez decir que la cosa no está tan mal.
EliminarNunca me he planteado si leerme ayuda o no, pero si lo hace entonces el blog sirve para mucho más de lo que me había imaginado.
No es una cuestión de tener fuerza o no, es sólo afrontar de alguna manera que va para largo y que es lo que toca, que no debemos ser menos o sentirnos menos, que (aunque suene a topicazo) estamos vivos, y lo que dure, que haya sido enorme, como poco.
Espero que vayas bien, que sigas pasando por aquí, y poder ayudarte en lo que pueda.
Busca la razón que sea para salir de la cama, aunque sea pillar algo de comer de la nevera, o mirar por la ventana, y lo demás viene rodado, ya verás.
Ánimo y espero que te mejores pronto, yo por aquí estaré.
Me alegra ver que no sólo conseguiste convencer a la cama que debías separarte un rato de ella... sino que cogiste el ordenador y volviste al blog. Tras descubrirlo, leerlo un poco, felicitarte y entonces leerlo todo... esperaba con ganas que volvieras a contar otra de esas batallas. Creo que realmente me siento identificada contigo por una época pasada, y admiro y logres describir cada segundo así. Yo lo recuerdo como un gran ovillo enredadísimo del que no se qué contar, ni por dónde empezar. Otra vez, felicidades.
ResponderEliminarY sal! El invierno en Madrid es maravilloso.
Irene, hace mucho friiiiiiiiio. (Hoy me voy de fiesta, eso sí).
EliminarLa cosa es empezar a contar lo primero que te venga a la cabeza, y una vez has empezado el ovillo se va deshaciendo.
Intentaré volver a ser un poco periódico, pero soy un puto desastre...
¡Gracias Irene!
Tus palabras son esperanza para muchos,yo no pasé por lo mismo, pero desde la cercanía familiar me enseñaste lo que significa el respeto a uno mismo.
EliminarEres el puto amo!
Te quiero,
Tu tía Patricia
Hola Manu, he caído en tu blog por "casualidad" y quería comentarte algo. La enfermedad es algo que me ha rodeado muchos años, de forma indirecta por familiares y amigos, pero también directa. Eso provocó que mi vida se convirtiera en una búsquedad de significado sobre el sufrimiento, el dolor, las patologías, donde vamos, de donde venimos.... Hace muchos años que "investigo" a mi manera y he llegado a conclusiones muy interesantes (equivocadas o no) y simplemente quería compartirlas contigo por si te pueden ser de ayuda... si no...con borrar el mensaje y disculparme por meterme donde no debo...!!
ResponderEliminarLo más avanzado, que sea además aconsejable (hay cosas que no los son!) es la Biodescodificación, ahora llamada Bioneuroemoción. Es decir, si me diagnosticaran una enfermedad grave, yo me iría a ver a Enric Corbera (el que desarrolló la metodología) antes que nada. Hay muchos vídeos suyos en Youtube.
Después hay un libro que marcó un punto de inflexión: "La enfermedad como camino" que se puede descargar de internet.
Hay muchos más vídeos interesantes del estilo...si te interesa me pides el mail y te doy toda la info que quieras... si no, ya sabes, caso omiso y perdona.
Un abrazo, Manu!!